La zamba, su fama, sus comentarios, me generaban ganas de conocer este rincón de nuestro país. Fui con una idea del lugar, superó mis expectativas: me traje una de las vistas más bonitas que conocí.
Desde el centro de San Fernando del Valle no tardamos más de veinte minutos en auto para llegar a El Portezuelo, una pequeña localidad emplazada en el inicio de este sinuoso camino.
Y arrancamos con el angosto ascenso a la sierra de Ancasti, que significa “nido de águilas”. A poco más de un kilómetro se nos presentó la primera sorpresa, un árbol en medio de la ruta que hace las veces de rotonda. Luego, a siete km. de la base, está el mirador donde se recuerda la famosa zamba de Polo Giménez que Los Chalchaleros la hicieron un himno del folklore.
Era momento de sacarse dudas: ¿Es realmente como cuenta la zamba? Mejor descripta imposible.
“Paisaje de Catamarca, con mil distintos tonos de verde, un pueblito acá... otro más allá..., y un camino largo que baja y se pierde”
Tal cual, estrofa que te lo dice todo, y ese camino largo q se pierde hacia el norte, camino a la Cuesta de Totoral, camino a Tucumán.
La Cuesta del Portezuelo es realmente un sueño, irreal, ese tipo de lugares que te quedas diez, quince minutos sin decir nada, sin emitir palabra, escuchando el viento q se siente distinto, como un susurro; simplemente contemplando lo que este rincón del país le regala a tus ojos.
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